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Millones de personas disfrutaron de una nueva consagración de Roger Federer. La épica del triunfo de un deportista reconocido e idolatrado le da a la victoria un disfrute distinto. Publico el enfoque del doctor Ricardo Rubinstein, psicoanalista y psiquiatra de APA, Director de Sport Mind y autor del libro "Deportes al diván":
"No es ya sorpresa que Federer, luego de 6 meses de retiro por lesiones haya tenido un regreso triunfal coronándose campeón del Australian Open, nada menos que frente a su bestia negra, Rafa Nadal, y sumando su 18 título de Grand Slam.
En un partido exquisito, cambiante, de muy alto voltaje tenístico y también emotivo, Roger sostuvo con técnica, calidad y entereza mental los vaivenes y los embates de su aguerrido y temperamental contrincante, sorprendiendo, anticipando e imponiendo su clásico estilo. No es sorpresa que siga ganando si observamos que sigue teniendo hambre, que le encanta lo que hace, que lo disfruta, nadie le quiso sacar el jugo a un chico con condiciones, como admitiera con bronca y tristeza André Agassi en su libro; él encontró allí su propia brecha en la vida.
Y cuando las cosas son así, y se le agrega una fenomenal capacidad de trabajo, una búsqueda permanente de cambio, de mejoría (propia, y también del equipo que lo entrena) la gloria está más cerca. No menos importante es el sostén afectivo de la propia familia, la esposa, los padres, tal vez los amigos, que posibilitan recrear ambientes favorables en latitudes diversas.
Si bien es cierto que a los 35 años el cuerpo pasa sus facturas en forma de lesiones, tiempos de reacción, cansancio, también es cierto que suma experiencia, sabiduría, tolerancia a la frustración --quizás uno de los aspectos más destacables--, y enfoque para lograr el objetivo".
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