Los avances científicos de los últimos años ayudan a comprender, tratar y acompañar mejor a quienes padecen esta enfermedad que solamente en nuestro país afecta a alrededor de 70 mil personas.
“El conocimiento sobre la enfermedad de Parkinson ha crecido enormemente. Hoy se reconoce que además de los síntomas motores como rigidez, lentitud en los movimientos y/o temblor, las personas afectadas por la enfermedad pueden presentar manifestaciones denominadas no motoras. Estas pueden evidenciarse como alteraciones en el sueño, humor, olfato, cognición, el tracto digestivo y urinario, entre otras, y podrían presentarse incluso muchos años antes de la aparición de los síntomas motores, que aún continúan siendo los de mayor relevancia al momento del diagnóstico”, explica la doctora Emilia Gatto, Jefa del Departamento de Enfermedades de Parkinson y Trastornos del Movimiento de INEBA.
En un estudio reciente llevado a cabo por un grupo de científicos argentinos en más de 200 pacientes con la enfermedad se encontró una relación inversa entre el consumo de yerba mate y el Parkinson, que permite generar la hipótesis de que la yerba mate tiene un potencial rol protector en el desarrollo de la enfermedad, ayudando a su prevención.
“Si bien el origen del Parkinson es poco claro, se entiende que para su aparición colaboran una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilos de vida. Algunos de estos factores de estilo de vida podrían proveer protección contra la enfermedad y aparentemente la exposición a la cafeína disminuiría el riesgo de sufrir Parkinson”, relata Gatto, integrante del equipo a cargo de la investigación. Argentina es uno de los países que más consume bebidas calientes con cafeína a nivel mundial. Se estima que más de 27.900.000 personas consumen yerba mate.
“Si bien los efectos saludables de la yerba mate son un tema de discusión, varios estudios han demostrado que el mate puede estimular el sistema nervioso central debido a que contiene alcaloides de metilxantina como la cafeína. Se conoce también que cuenta con componentes antioxidantes y se comprobó además que tiene cualidades hepatoprotectoras, diuréticas, antireumáticas, antitrombóticas y antiinflamatorias, entre otras”, agrega Gatto.
Avances en el tratamiento
Con respecto al tratamiento de esta enfermedad, la multiplicidad de síntomas y áreas involucradas requerirían abordajes farmacológicos no limitados a la restitución de dopamina. En este aspecto, nuevos abordajes terapéuticos están siendo evaluados (estos incluyen acciones sobre otros neurotransmisores como la adenosina, el glutamato, la acetilcolina). Otras estrategias, como la estimulación cerebral profunda, demostraron ser útiles para paliar los síntomas.
La terapia génica es un nuevo y prometedor aporte en el tratamiento de la enfermedad y el implante celular continúa siendo una alternativa a investigar, encontrándose hoy en etapa preliminar.
“En los últimos años, la posibilidad de desarrollar en el laboratorio células de la mayoría de los tejidos a partir de células derivadas de un individuo (células iPS) permitirán en un futuro comprender mejor los mecanismos involucrados en el Parkinson, alumbrando nuevas posibilidades terapéuticas”, indica Gatto.
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