Marcelo Maller
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Aquel 6 de abril de 1986 resultó para los hinchas de River, un día inolvidable en su visita a La Bombonera. Llegaba como campeón del torneo local y había planificado dar la vuelta en la cancha de su eterno rival. Y pudo cumplirlo aunque el plantel había decidido, para evitar violencia, dar la vuelta del lado donde estaban sus seguidores. En esa época los partidos no se veían en directo por la televisión. Recién por la noche se podía disfrutar el compacto. El relator era Mauro Viale.
Archvio: La Nación
Pero al final fue un festejo completo e inolvidable. No sólo porque ganó 2-0 a su eterno rival, sino también porque uno de sus máximos emblemas, Norberto Alonso, anotó ambos goles. Pasaron 30 años para todos, claro. Para mí que era adolescente y ahora ya estoy en los 46 años y para el Beto, que pinta 63. Lo escucho por teléfono y no puedo negar mi emoción. "Recuerdo ese día con mucha alegría porque terminó siendo un día histórico para los hinchas de River. Y si bien sé que el Día del hincha de River es en honor a Angelito, ese día del triunfo en la Boca es histórico y está entre los mejores".
Crédito: Archivo Clarín
Crédito: Revista El Gráfico
Por si fuera poco, aquel partido se conoce por el "de la pelota naranja", que fue utilizada en una parte del primer tiempo. Cuenta la historia que el Loco Gatti había visitado en la semana a Adidas para pedirla, ya que habría muchos papelitos en el campo y de esa manera el balón se distinguiría. Francisco Lamolina, árbitro del partido, aceptó al sugerencia del arquero. Luego, el Beto le marcaría de cabeza el primer gol con esa famosa pelota. Recuerda Alonso que "el Loco fue un martes y yo, un miércoles. Allí me dijeron lo de la pelota y yo les pregunté '¿por qué?'. 'Dice el Loco que no se va a ver', me contestaron. Y yo les dije convencido 'no importa, dejá que la va a ir a buscar adentro'".
Hace unos días también me comuniqué con Claudio Morresi, integrante del equipo campeón y titular en ese partido de La Bombonera. Recordó que en la previa la discusión máxima era si daban la vuelta, o no. "Estaba claro que la vuelta la íbamos a dar porque habíamos ganado el torneo legítimamente. El 95% estaba de acuerdo en que había que darla. Incluso la barra vino a preguntarnos qué íbamos a hacer", arrancó diciendo. "De ese día se me vienen muchas imágenes: la llegada a la cancha, los piedrazos que nos tiraron, la vuelta olímpica y los goles del Beto". Y el Beto, el Diez de la Banda Roja más admirado, agregó un buen dato: "el sábado llegó un telegrama del Gobierno que pedía precaución, que no diéramos la vuelta. Así que nos reunimos con el equipo en la habitación de Oscar (Ruggeri). Cada uno dio su punto de vista y yo dije que me iban a sacar con los pies para adelante, que ese placer no me lo iba a sacar nadie".
Justamente la vuelta olímpica había despertado el gran morbo en la semana previa al súper. La CD de Boca le había enviado, incluso, una nota a River pidiéndole que no la diera por "cuestiones de seguridad".
La vuelta, la pelota naranja, los goles del Beto y la salida escandalosa (http://river-tube.com.ar)
Morresi recordó que "antes del tiro libre que metió Alonso yo me había perdido un gol y estaba fastidioso. Así que después del foul le dije al Beto que lo pateaba yo. Y él me dijo no, no". Como cierre, el ex Secretario de Deportes dijo "ese fue el día del reconocimiento de la historia de River al jugador que le dio tanto".
Del otro lado estuvo Jorge Higuaín. El Pipa me comentó esta semana que "nosotros no le prestamos atención a si iban a dar la vuelta o no. Estábamos concentrados en ganar. Pero con ese tema hubo mucho folcklore". El papá del actual delantero de la Selección agregó que con el resultado puesto "nos dolió perder y entonces se potenció todo lo otro". También recordó "que era como nieve el césped, por los papelitos. Y sí, me acuerdo de la pelota naranja, quedó en la memoria". ¿Pensaste qué ibas a jugar en River?, pregunté. "Nunca. Me fui a Francia y como yo lo había tenido a César (Menotti) él me quiso llevar a River. Y al principio los hinchas no me miraban muy bien. Para mí era un desafío importante. Y al final River terminó siendo el equipo con el que me identifiqué más y al cual le estoy agradecido por haberle abierto las puestas a los Higuáin".
Pero volviendo a esa fantástica jornada en el verde césped, Alonso no se quedó plenamente conforme. Es que ese día hubo incidentes en el estadio con 22 detenidos y 35 heridos, aunque ninguno de gravedad. Y el 10 de River dijo en el vestuario: "Lástima que la fiesta no pudo ser completa, el de hoy fue un día triste para el fútbol argentino. Estoy contento, es verdad, por el triunfo de River, mis dos goles, la vuelta olímpica, pero la alegría es a medias. No puedo olvidarme de todo lo que sucedió; de la violencia irracional, de las piedras, de las corridas. Nosotros vinimos a jugar al fútbol y aparecimos en medio de una guerra. No hay nada que hacer, hasta que no cambie la mentalidad de esa gente, de la que viene a los estadios a protagonizar desmanes en vez de a ver un espectáculo deportivo, seguiremos tan estancados como estamos". ¿No les suena a qué esta situación la vimos hace poco? El equipo millonario se fue de la cancha escoltado por los escudos de la policía ya que volaba de todo desde la tribuna local.
Crédito: Archivo Clarín
Tres décadas después, Norbeto Alonso reflexiona sobre aquella situación, que no fue muy distinta a las que el fútbol argentino vive por estos días. "Estamos en Argentina, con un pueblo que tiene mucha bronca, Lamentablemente involucionamos. Me produce tristeza. De treinta años para acá retrocedimos, no mejoramos", cerró antes del saludo final.
Para este 30° aniversario de aquel triunfo histórico, Adidas sacó a la venta una camiseta de River anaranjada. Como símbolo de una histórica victoria que nunca será olvidada.
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