Marcelo Maller
0
comentarios
Alguna vez en la redacción escuché decir a uno de mis compañeros que antes de un clásico, un jugador de un equipo grande llamó a un colega de su vecino rival para que "el empate" fuera el resultado ideal que les daría un poco más de aire a los dos equipos. Creo que pese al 0-0 --o 1 a 1, no recuerdo bien--, ese partido no fue un infierno de nervios ni tampoco resultó una academia de fútbol. Pensar que los arreglos son patrimonio argentino o sudamericano o europeos, a esta altura del milenio parece un error.
Leyendo una noticia que esta semana venía de Japón, me asombré. La misma decía que al menos tres luchadores de sumo admitieron haber arreglado peleas. Quien lo dijo fue nada menos que el ministro de Educación y Deportes. Y eso que el sumo es un deporte ancestral de aquel país. Es más, Yoshiaki Takaki --el ministro--, dijo ante un comité parlamentario que el presidente de la Asociación Japonesa de Sumo informó que tres sumotoris habían confesado. El caso fue revelado luego de que la policía descubriera en los teléfonos celulares de una docena de luchadores mensajes que sugerían que los combates habían sido arreglados. El presidente de la AJS, Hanaregoma presentó el miércoles sus excusas oficiales y prometió imponer severas sanciones.
¿Quién podría imaginarse a un ministro argentino haciendo lo mismo? ¿Y algún dirigente de AFA poniendo el grito en el cielo? Si, muchos deben pensar que en Japón algunos funcionarios políticos se suicidan cuando están cercados por algún acto de corrupción y aquí les aumentan el sueldo. Cuestión de costumbre, educación y ética.
En fin, en todos los países y deportes se cuecen arreglos. Pero como es mi cumpleaños y no quiero que me pinte el bajón, les dejo un video cortito y gracioso que encontré en youtube sobre sumo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios
Publicar un comentario